El estado supercrítico del CO2 se produce a baja presión y temperatura (73,8 bar y 31,3 °C). El sCO2 se comporta como un fluido comprimible, aunque con la densidad de un líquido. Cerca del punto crítico, conocido como la zona Widom, el fluido muestra grandes anomalías en su comportamiento, necesitando una evaluación de las condiciones a la salida de la válvula y esto se debe tener en cuenta durante el dimensionado y selección. Los cambios de fase y el efecto Joule-Thomson pueden dar lugar a un flujo multifásico, la formación de clatrato de CO2 (similar a la formación de hidratos en la producción de gas natural) e incluso la posibilidad de hielo seco, según las impurezas del gas.
Para dimensionar adecuadamente una válvula y seleccionar el valor de Cv y el tipo de carcasa correctos, es de vital importancia que se usen las propiedades del fluido correctas a la entrada y la salida de la válvula. Esto incluye los valores aguas arriba y aguas abajo de la temperatura, densidad, compresibilidad y factor k (cp/cv).
El concepto de flujo axial, donde el fluido entra en la tubería directamente después de salir de la carcasa, evitando turbulencias adicionales, es una buena solución.
Es necesario conocer el diagrama de fase y el comportamiento del fluido en condiciones supercríticas o densas para elegir la mejor válvula. Por ejemplo, los grandes cambios de densidad son la razón por la que es mejor evitar las válvulas con cavidades, donde puede quedar atrapado el fluido. Los cambios de presión en la cavidad pueden dar lugar a un cambio en la densidad del fluido y generar presiones excesivas en dicha cavidad.